El Land Cruiser nació en la turbulenta época de la posguerra, demostrando rápidamente su durabilidad, fiabilidad y resistencia, que forjaron poco a poco su condición de leyenda.
Los orígenes del Land Cruiser se remontan a los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, más precisamente a la época de máxima tensión bélica entre las dos Coreas, allá por 1950. Las fuerzas aliadas de Estados Unidos requerían la fabricación y suministro de vehículos compactos con tracción a las cuatro ruedas para apoyar a los surcoreanos. Toyota, que había sido uno de los principales proveedores de camiones para las fuerzas japonesas durante los años cuarenta, era la candidata ideal para ello. Así, en enero de 1951, Toyota presentaba un prototipo que combinaba el chasis del camión de una tonelada tipo SB con un motor de gasolina de seis cilindros tipo B de 3,4 litros. Fue bautizado con el nombre de Toyota Jeep BJ y fue el precursor del icónico Land Cruiser. Sin embargo, tuvieron que pasar dos años más para que el prototipo BJ estuviera listo para la producción a gran escala. Y no fue sino hasta después del primer año completo de producción, en 1954, cuando el BJ pasó a ser conocido como Toyota Land Cruiser.
Cuatro años después de presentarse el primer prototipo, el segundo Land Cruiser (Serie 20) veía la luz en 1955. Si bien el exterior solo mostraba una leve evolución, bajo la carrocería se habían producido grandes cambios. Se introdujo un nuevo motor de hierro fundido de la serie F, que ofrecía al conductor un 23% más de potencia que el modelo anterior. Este motor, introducido en la serie B y visto por vez primera en 1948, se seguiría montando hasta que dejó de producirse en 1992, un increíble logro técnico que ha pasado a la historia como el más duradero de todos los motores Toyota.
La tercera generación, el Serie 40, llegó al mercado en 1960, y desde entonces se convertiría rápidamente en un ícono del diseño automotriz y el primer Land Cruiser en ser considerado como un auténtico ‘clásico’. Este emblemático modelo atravesó ríos y recorrió caminos rocosos durante sus 24 años de producción ininterrumpida, esculpiendo su propia imagen de leyenda y de objeto de culto innegable para los apasionados tuerca de todo el mundo.
En 1967, la siempre creciente demanda de una mayor capacidad de carga de las carrocerías familiares, llevó a la introducción de la variante FJ55, con una mayor distancia entre ejes (2700 mm), un estilo renovado y un confort superior. Además de la mayor capacidad de carga, una de las principales características de este modelo era su portón trasero de apertura ascendente o una doble puerta de apertura lateral. Más adelante, en 1980, el modelo 55 fue sustituido por la Serie 60, más grande y espaciosa. En un segmento del mercado cada vez más disputado, los ingenieros se centraron en mejorar la calidad de la marcha y ofrecer un interior más lujoso, con materiales de tacto blando y asientos delanteros separados (en lugar de un banco).
Tras 24 años de éxito arrollador de la Serie 40 sin apenas cambios, 1984 anunció la llegada de un nuevo Land Cruiser —la Serie 70—, un vehículo que sabía conservar el concepto original de un todoterreno puro, pero respondiendo simultáneamente a los requisitos del mercado para vehículos de uso recreativo y familiar de alta gama. El nuevo Land Cruiser 70 se dividió desde entonces en dos formatos: Heavy Duty (alto rendimiento), que proporcionaba una robusta máquina de carga para quienes necesitaban resistencia a expensas de un confort más limitado; y Light Duty (liviano rendimiento), para recorrer con más comodidad largas distancias con amigos y familia.
En 1990, para contrarrestar la fuerte competencia de otros modelos, el Light Duty se separó más claramente de su hermano más robusto con una nueva identidad: Land Cruiser Prado.
En 1996, se lanzó la nueva Serie 90 para dotar la gama Land Cruiser de una distinción más marcada para aquellos clientes que buscaban la autoridad y la altura de conducción de un 4×4, pero sin que ello afectase al confort ni al placer del conductor.
Mientras tanto, la carrocería familiar, que arrancó con la Serie 50 en 1967 y evolucionó a la 60 y la 80, se actualizó en 1998 con la Serie 100. El nuevo vehículo, que constituía la propuesta de lujo dentro de la familia Land Cruiser, ofrecía un mejor rendimiento 4×4 y una suspensión activa de vanguardia, al tiempo que arropaba a sus ocupantes en un suntuoso interior con acabados en madera y tapicería de cuero.
Poco tiempo después, en 2002, había llegado el momento para un Land Cruiser del nuevo siglo: la Serie 120, que venía equipado con el primer sistema electrónico de asistencia para arranque en pendientes con máxima tracción y un control de descenso para pendientes pronunciadas, además de una mayor rigidez estructural, que lo hacía más fácil de maniobrar, estable y silencioso.
En 2007, el gran Land Cruiser de la Serie 100 fue sustituido por el la Serie 200, aún más largo y ancho, y con una estructura de bastidor independiente rediseñada que ofrecía a los conductores mayor confort, durabilidad y seguridad ante colisiones. Equipado con el primer control de avance lento del mundo, el Land Cruiser 200 podía mantener automáticamente una baja velocidad en terrenos con piedras y arena.
A medida que las ventas totales del Land Cruiser se acercaban a los seis millones, era hora de que Toyota volviera a impulsar la Serie 120 para ir un paso por delante de la competencia. La importante nueva Serie 150 se lanzó en 2009 y estuvo disponible en más de 178 mercados distintos de todo el mundo. Era un modelo más pequeño, con aires de familia, y con la acertada incorporación de rasgos de diseño de su hermano mayor, lanzado poco antes (Serie 200). La imagen, más poderosa, comprendía también un portón trasero de apertura lateral, por primera vez, que contenía una ventana de apertura ascendente que se podía abrir por separado.
Y ahí lo tenemos: en su aniversario 70 y con más de 10 millones de ventas, Land Cruiser llega este 2021 con su nueva Serie 300, una generación completamente rediseñada, heredera de los atributos legendarios de Land Cruiser de calidad, durabilidad y confiabilidad, que incorpora las mejores y más modernas tecnologías de Toyota, para lograr mejoras en peso, un centro de gravedad más bajo y un nuevo tren motriz, todo combinado bajo un lenguaje de diseño exterior e interior radicales. En efecto, el nuevo Land Cruiser 300 cuenta con una suspensión de mejor desempeño, además de un nuevo motor biturbo V6 de 3.5 litros capaz de producir 409 hp de potencia y una reducción de 10% de emisiones de CO2 respecto a la generación anterior.
Land Cruiser debe su carácter de leyenda a los millones de propietarios alrededor del mundo que más allá de las increíbles prestaciones propias de sus vehículos han sabido modificarlos y restaurarlos para que pese al recorrido del tiempo, todas las generaciones se mantengan activas y vigentes en las calles y carreteras de todo el orbe.