Dicen que en Cuicocha habían tantos cuyes en sus páramos, que era difícil no pisarlos al caminar, porque por cada hijo nacido de la ancestral cultura karanki, se liberaba un cuy a las orillas de la laguna para honrar el alumbramiento. Aunque eso dice la leyenda, en la realidad se puede constatar que hay especies como el cuy de monte, el conejo de monte, el armadillo, el zorro andino, y aves como tórtolas, torcazas, colibríes, patos. La hermosa vista de los islotes y el agua cristalina que descansa en el cráter, con un panorama sobrecogedor de volcanes cercanos, hace de esta laguna uno de los entornos naturales más hermosos del país. La caminata por sus alrededores es muy recomendable, para disfrutar de la vegetación de bosque chaparro y páramo. Pero lo que más entusiasma a la mayoría de visitantes es un viaje en bote.