Balancearse en el columpio de la Casa del Árbol y ver el profundo acantilado es una experiencia difícil de describir, quizás es como regresar a la niñez y sentir que todo es una aventura peligrosa por descubrir. Si fuiste el niño o la niña más arriesgada del grupo y le enseñaste a todos que la vida no tiene límites (excepto los que te pone tu mamá), el Vuelo del Cóndor es para ti. Allí deberás demostrar tu verdadero valor al columpiarte en “La Bestia” a 30 metros de altura y 60 metros de péndulo. En Runtún, vivirás todas estas hazañas acompañado de tu niño interior. En plena comunidad está Las Orquideas Runtún, una hostería con terrazas y jardines que ofrece servicio de hospedaje en sus habitaciones o en Inca Glamping, una zona para acampar con todas las comodidades.