Esta reserva es tan biodiversa como interesante. Tiene chaquiñanes que te llevan a bosques altoandinos y polylepis, y a un jardín de colibríes donde se pasean tan de cerca que puedes sentir su aleteo cerca del oído. También puedes disfrutar del avistamiento de tucanes y una gran variedad de aves coloridas. Además, debes cruzar 5 túneles oscuros peatonales con una linterna para encontrarte, después de 4 kilómetros, con la mejor vista del Guagua Pichincha. Al final del camino, hay una estación de la Empresa de Agua Potable y, después de subir 86 escalones, llegas a la cascada del Río Mindo. El sendero principal se construyó sobre el rastro de antiguos caminos indígenas y debe ser uno de los pocos lugares en la naturaleza en los que puedes encontrarte con una ruta plana, accesible para sillas de ruedas, niños, personas mayores.