En las noches despejadas, un gigantesco y apacible mar de estrellas se bambolea sobre las nieves del Chimborazo, mientras que en otras ocasiones, el cielo atravesado por densas nubes, despierta una sensación de misterio. Por la mañana, te sentirás agradecido por poder ser testigo de una belleza tan inigualable como la de este volcán andino. Si te interesa subir a la cumbre, debes ir al menos un día antes para que el cuerpo se adapte a las condiciones climáticas y de altura. Esta aventura debes hacerla con Marco, quien evitará que te pierdas o que sufras de algún problema físico durante el ascenso.
En el lodge, las cabañas están aclimatadas y en el área principal te servirán bebidas y comida calientes para tomar calor y fuerza en caso de querer disfrutar de una caminata cerca de la montaña.