Mangahurco, al sur del país, espera cada año a turistas para que puedan disfrutar del florecimiento de los guayacanes, una especie maderable que ofrece un espectáculo natural digno de ser admirado. Cuando sus 40 000 hectáreas de bosque de se visten de amarillo, no hay quien pueda mantenerse impavido ante tal transformación de la naturaleza. El guayacán crece hasta 1000 metros sobre el nivel del mar y tarda 200 años en alcanzar una altura de 15 metros, es una especie que está en constante amenaza de desaparecer. Por eso, los habitantes de Mangahurco protegen su bosque como un verdadero tesoro y combaten la tala de árboles. Aquí hay una variada oferta de servicios turísticos, como áreas para camping, guianza por el bosque, hospedaje y alimentación.