Una aventura intensa entre los páramos del Chimborazo y el Carihuairazo cn la Comunidad Toyota Go.
25 de junio 2022
Trekking Abraspungo
UNA EXPERIENCIA IMPOSIBLE DE OLVIDAR
Por María José Araujo
Participante y miembro de la comunidad Toyota Go.
Mi pasión por la montaña nace de la fotografía y de los increíbles paisajes (siempre impredecibles, siempre distintos) que el páramo nos regala. Por eso, cuando vi los escenarios que podría tener con el Chimborazo y el Carihuairazo, no dudé en hacer este trekking. Acepto que cuando supe que serían aproximadamente 18 km, pensé en no llevar mi cámara, porque ese peso extra a veces significa un ritmo más lento. En todo caso ¡me lancé!
Todo empezó en Quito el sábado 9 de julio a las 5 am, desde donde nos trasladamos por más de 3 horas en bus hasta el lugar de inicio del trekking. Una vez ahí, el Chimborazo se mostró tímidamente entre las nubes. Verlo tan cerca me motivó definitivamente a bajar mi cámara del bus a pesar de una ligera llovizna, que con las capas suficientes de ropa y el poncho de agua, no representaba ninguna amenaza. Sin embargo, pronto empezamos a vivir algo para lo que nadie estaba preparado.
Podría decirse que nevaba en pleno páramo ecuatoriano. Sí, era agua congelada y quemaba al contacto con la piel. Me empecé a estresar full. Dos litros de agua más una cámara réflex y un lente 18-135mm tenían su peso. Las manos empezaron a sentir el impacto de esa nevada. Con apenas unos guantes de lana ya cubiertos de hielo, el frío me entumecía las manos y más de una vez me hicieron pensar en dar la vuelta y no continuar. ¡Pero, no! Apenas empezábamos. ¡Cómo me lo iba a permitir! La mente en estas condiciones de montaña, más de una vez nos juega una mala pasada.
Hubo que hacer una parada técnica, ponernos el pasamontañas, hidratarnos con la poca movilidad de las manos, y a continuar.
Un páramo blanco era la recompensa escénica de esas condiciones que se sentían extremas; definitivamente no era algo de todos los días. A más de uno se nos pasó por la mente la idea de la amputación de las manos (jaja), pero debo asegurar que la naturaleza siempre te da sus recompensas. Solo hay que llevar siempre la vestimenta adecuada, que te permita disfrutar de las condiciones que inesperadamente la montaña te pueda presentar.
Después de más o menos una hora de frío intenso, las condiciones mejoraron ligeramente, al punto de permitirnos calentar las manos y los pies para continuar tranquilos el resto del trayecto. Lo más increíble fue el inmenso pajonal, la vista del Carihuairazo, los afluentes por donde caminábamos, las lagunas y los reflejos en el agua. Era inevitable sentirse pequeños en esa inmensidad.
Después del almuerzo, en un ambiente cálido, y con la esperanza de que no oscurezca en medio de la montaña, empezamos el descenso hacia la estación de Urbina para el retorno a Quito. Pero lo mejor aún estaba por pasar. Llegando a las rieles del tren, el Chimborazo finalmente se dejó ver. Con un atardecer rojo, el gigante apareció para acompañarnos los últimos kilómetros de caminata y dejarnos con la mayor recompensa del día y con la satisfacción del deber cumplido.
Un trekking retador por sus condiciones climáticas, pero maravilloso por lo visto y lo vivido: las risas, la compañía, los recuerdos y las historias por contar. Esto es finalmente lo que la comunidad Toyota Go te da. No es solo el unirte a un grupo y hacer un paseo; es unirte a personas con tus mismos intereses y ganas de experimentar la vida fuera de tu zona de confort, demostrar de lo que es capaz tu mente y tu cuerpo, crear amistades y compartir historias de vida.
Un trekking y una comunidad que te deja con las ganas de volver a experimentar. Eso sí, será con los guantes, lasmedias térmicas y la esperanza de un clima menos hostil.
